29 octubre 2018

UN PARAGUAS PARA EL ÁRTICO



A estas alturas de la historia, todos estamos familiarizados ya con conceptos como cambio climático, efecto invernadero, combustibles fósiles, calentamiento global, etc.
Supongo que os estaréis imaginando la temática de este post…¿Energías renovables?, ¿desarrollo sostenible?...pues sí, pero no…

Hoy os voy a hablar sobre un prototipo, o una idea innovadora, para reducir el deshielo polar.

¿DESHIELO POLAR?

Todos somos conscientes de que el hielo en el ártico está desapareciendo, pero ¿sabemos realmente a qué ritmo lo hace?





Según informes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la década 2001-2010 ha sido el período más cálido registrado desde 1850. Hemos experimentado fenómenos climáticos extremos durante este período (inundaciones en Pakistán, huracán Katrina; Tsunami del sudeste asiático; sequías en cuencas del Amazonas, Australia y este de África, etc); los océanos se están calentando, por lo que el nivel del mar aumenta a un ritmo vertiginoso (100 millones de personas que viven a menos de un metro de altura del nivel del mar perderán sus casas y formas de vida), y podría seguir enumerando consecuencias del calentamiento global.

¿Y qué estamos haciendo para detener este desastre?, parece que no mucho ¿qué opináis?


¿CÓMO MINIMIZARLO?

Pues bien, al arquitecto estadounidense Derek Pirozzi se le ha ocurrido una idea para ayudar a frenar este fenómeno.

En 2006, el magazine de arquitectura eVolo  creó el concurso “Skyscraper Competition”, con el objetivo de premiar aquellas ideas más innovadoras en el uso de las nuevas tecnologías, materiales, etc, relacionadas con la arquitectura vertical y su relación con el entorno y el medio ambiente.
Pues bien, el primer premio de la edición de 2013 se lo ha llevado Derek Pirozzi, por su proyecto “Polar Umbrella”.


Este proyecto constituye una propuesta de rascacielos flotante, que regeneraría las capas de hielo Ártico. Se trata de una estructura flotante equipada con una pantalla flexible de 400 m de diámetro con forma de paraguas. Este sistema, alimentado por energía solar, recolectaría agua de mar y la enfriaría para así formar hielo.



La superestructura estaría dotada de una planta de desalinización y de una instalación de energía osmótica con la cual se conseguiría generar electricidad aprovechando el gradiente de salinidad entre el agua del mar y el agua dulce, gracias al fenómeno de la ósmosis del agua.


Adicionalmente, esta estructura estaría equipada con laboratorios de  investigación, estaciones de energía renovables, viviendas y atracciones eco-turísticas.

¿ES VIABLE EL PROYECTO?

Respecto a la viabilidad del proyecto, dejémoslo, de momento en “muy poco viable”, ya que su coste sería muy elevado.
Hablamos, por supuesto, de “muy poco viable”, teniendo en cuenta:

  • Las instalaciones necesarias para realizar pruebas con algún prototipo y así poder determinar si es o no viable la idea. 
  • El coste de fabricación y puesta en marcha de las superestructuras en caso de que los prototipos demostrasen la viabilidad del proyecto. 
  • Las generaciones que tienen que pasar para que realmente la sociedad (o sea, todos nosotros), esté concienciada con un problema que ella misma ha acelerado y ante el cual parece estar totalmente ciega.


"Dado que, probablemente, sea éste el único mundo habitable que podamos conocer, unámonos para hacer que sea el mejor posible"
(Edward O. Wilson)

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